El cuaderno particional es el documento que recoge cómo se reparte una herencia entre los herederos. En él se detallan los bienes, las deudas y cómo se distribuyen entre los que tienen derecho a la herencia.
¿Qué incluye un cuaderno particional?
- Inventario de bienes y deudas: Se listan todos los activos (como propiedades, cuentas bancarias, vehículos) y pasivos (deudas, hipotecas) del fallecido.
- Valoración: Se asigna un valor a cada bien y deuda para saber cuánto vale la herencia total.
- Liquidación: Se restan las deudas del total de los bienes para obtener el valor neto de la herencia.
- Adjudicación: Se especifica qué parte de la herencia le corresponde a cada heredero.
¿Es siempre necesario?
No siempre. Si hay un único heredero o el fallecido ya dejó claro en su testamento cómo repartir sus bienes, no hace falta. Pero si hay varios herederos y no hay instrucciones claras, el cuaderno particional es esencial para evitar líos.
¿Quién lo hace?
Lo pueden hacer los propios herederos si se ponen de acuerdo. Si no hay consenso, se puede nombrar a un contador-partidor, que es un profesional que se encarga de repartir la herencia de forma justa.
¿Público o privado?
El cuaderno particional puede ser un documento privado, firmado entre los herederos, o público, si se eleva a escritura notarial. Si la herencia incluye bienes inmuebles y se quiere inscribir en el Registro de la Propiedad, es necesario hacerlo público.
¿Por qué es importante?
Porque deja todo claro y por escrito, evitando malentendidos y posibles disputas entre los herederos. Además, es necesario para cumplir con las obligaciones fiscales, como el pago del Impuesto de Sucesiones.
En resumen, el cuaderno particional es la hoja de ruta que guía el reparto de una herencia, asegurando que todo se haga de forma transparente y justa.